Teatro: Principiantes

TEATRO DEL CANAL

TEATRO DEL CANAL, Producciones [off], Vania y ¡Carallada! presentan Teatro «Principiantes»

de Raymond Carver. Adaptación de Juan Cavestany. Dirección: Andrés Lima

De qué hablamos cuando hablamos de amor

Por fin ha llegado a un teatro de Madrid la adaptación de “Principiantes” de Raymond Carver. 

Producciones [off], Vania y ¡Carallada! presentan «Principiantes» Esta adaptación de Juan Cavestany y dirección de Andrés Lima estará en los TEATROS DEL CANAL del 12 de enero al 6 de febrero 2022.


Madrid Es Teatro. Demoledor retrato de una vida #ontherocks donde el reflejo del amor en un #gintonic nos convierte en eternos PRINCIPIANTES. @TeatrosCanal. @ncipiantes/

Principiantes, el libro.

Principiantes

de Raymond Carver (Autor), Jesús Zulaika Goicoechea (Traductor)

Ésta es la versión sin «corregir» de la obra maestra de Carver –De qué hablamos cuando hablamos de amor–, que acabaría sufriendo una poda de casi el cincuenta por ciento por parte de Gordon Lish, a la sazón editor y mentor de Carver, previa a su publicación en 1981. La preocupación de Carver por la médula de las cosas se halla tan presente en los relatos originales como en los que fueron publicados. Una jovencita que baila con su novio en el jardín delantero de una casa, percibe el primer aviso de los peligros de la vida adulta, y siente que la colma una «felicidad insoportable». Un hombre y una mujer se encierran en la habitación de un motel y, despacio, reconocen el final de su relación. Pero a medida que recorremos estas pequeñas tragedias, se nos van revelando nuevos significados. Una incursión fascinante en la estética de uno de los grandes autores contemporáneos, los interrogantes que suscita podrían desencadenar un gran debate literario. «Si alguna vez hubo una pieza literaria que nunca requirió enmienda alguna, es ésta» (Philip Roth); «El verdadero Carver da cabida a digresiones e historias secundarias. El verdadero Carver no es carveriano» (Blake Morrison).Reseña de Radar Libros en Página 12

Es una suerte que Carver haya llegado a nuestro Teatro.

Compré PRINCIPIANTES. ANAGRAMA. 1ª EDICIÓN 2010, lo leí y después se lo regalé a mi amigo Pedro, que era con quién solía tener largas disertaciones sobre Carver, Gordon Lish, realismo sucio, minimalismo y si el verdadero genio minimalista fue Carver o Gordon Lish.

Me quedé con el libro “De que hablamos cuando hablamos de amor” y como también había regalado todos los libros de cuentos de Carver, hace un par de años adquirí «RAYMOND CARVER Todos Los Cuentos» donde se encuentran ¿Quieres hacer el favor de callarte, por favor?, De qué hablamos cuando hablamos de amor, Catedral, Tres Rosas amarillas, Si me necesitas, Llámame.

BIRDMAN: vi aquella película de Alejandro Gónzalez Iñárritu donde en Broadway se representaba “De que hablamos cuando hablamos de amor” y pensé que ojalá algún día llegaría a representarse en algún teatro de este país.

Es una suerte tener está adaptación de Juan Cavestany y dirección de Andrés Lima. Además saber que el actor Javier Gutiérrez representa a Mel McGinnis.

“Estaba hablando con mi amigo Mel MacGinnis. Mel MacGinnis es cardiólogo, y eso le da derecho a hacerlo.” Así comienza el cuento “De qué hablamos cuando hablamos de amor”

Teatro: El montaje teatral

Comentan que para este montaje teatral se han basado sobre todo en la versión original, que se recuperó en 2007, y también han recurrido a otros pasajes y fragmentos de Raymond Carver, con lo que su propuesta quiere ser una inmersión completa en los elementos recurrentes del universo Carver: las relaciones de pareja, el amor y el alcohol  como refugios pero también como armas mortales, la predestinación frente al azar, y la textura literaria de la experiencia americana.

Raymond Carver, Catedral, Realísmo Sucio y Gordón Lish.

Se ha afirmado que el relato es la forma narrativa por excelencia en la literatura norteamericana actual y que Raymond Carver es el maestro indiscutible de este registro.

Catedral

Se ha afirmado que el relato es la forma narrativa por excelencia en la literatura norteamericana actual y que Raymond Carver es el maestro indiscutible de este registro. En cada relato de Catedral se revela la presencia latente o la intrusión de «terrores extraordinarios en una existencia ordinaria» (Cathleen Medwick). El propio Carver ha escrito: «Pienso que es bueno que en un relato haya un leve aire de amenaza… Debe haber tensión, una sensación de que algo es inminente.» Sus personajes son gente de lo más comun: trabajadores manuales, empleaduchos, parados, parejas a la deriva…, desamparados, golpeados por la vida, muchos de ellos bebedores, acceden, a pesar suyo, a una suerte de dimensión heroica, tercos testimonios de una realidad implacable. Su estilo es escueto, lacónico, opera por sustracción; se ha dicho que Carver inaugura una nueva visión, un nuevo método, una nueva tonalidad. «Una de las voces más originales que han aparecido en la narrativa norteamericana desde hace años» (Bill Buford, Times Literary Supplement).

A principio de los noventa tuve la oportunidad de conocer los cuentos de Raymond Carver en la Escuela de Letras de Madrid.

Cuando leí por primera vez Catedral, su cuento más famoso, reconozco que mi precepción fue “aquí no pasa nada”.

La concepción de los hechos de una forma tan cotidiana se alejaba de toda esa grandeza y locuacidad tan usada en la gran literatura.

Me quedé desorientado con esa representación tan simple del mundo que, en un principio parecía que carecía de todo lo sorprendente y extraordinario que se supone debería de haber en un cuento.

Parecía tan simple lo que se contaba en Catedral…que llegar a entender la complejidad de los matices que Carver imprimía en el conjunto de su cuento, y sobre todo, en la sucesión de escenas de como un ciego descubre la forma de “ver” e interpretar una Catedral me situaba fuera de esa fascinación con la que Carver había encantado al mundo,  “aquí no pasaba nada”.

Sin embargo me quedé fascinado con “Plumas” el cuento que abre el libro de Catedral. Plumas me dejaba ver con claridad cómo nos ocurren las cosas, como nos influyen los demás, como en ocasiones queremos emular la vida singular dentro de lo convencional de otros y como acabamos equivocándonos sin remedio ni retorno por haber ansiado tener lo que nunca hubiéramos tenido que tener, nuestra vida estaba bien como estaba. Al final la melancolía lo envuelve todo… hay mucha tristeza en Plumas.

Más tarde conocí el debate que había con su editor e incluso pensé que Carver no hubiera sido quien es hoy sin Gordon Lish, que como editor literario, defendió a muchos autores estadounidenses, en particular Raymond Carver, Barry Hannah, Amy Hempel, Rick Bass y Richard Ford.

Después de años de leer a Carver, nunca he dejado de releer sus cuentos desde aquel lejano día del noventa y dos, a la vez fui leyendo y conociendo a Richard Ford, John Fante, Tobias Wolff, Charles Bukowski… y volverme un apasionado de Jhon Cheever.

Es una suerte que Carver haya llegado a nuestro Teatro.

Antonio Misas

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